jueves, 23 de abril de 2009

Lonquén

a los ochenta años la madre juega con sus hijos al Peuco
defendiendo a los pollitos fríos del negro pájaro macho.
En un rugby de transmigraciones se dibuja el árbol celeste,
los pájaros de tierra mordiendo el ojo del centro de la rueda.

desde las montañas las ovejas miran el juego llorando
porque su pastor no es blanco ni de lana,
y en la piedra donde bailó el diablo
algunas mujeres conversan sobre los niños.
el cielo está cansado de sus estrellas;
las hormigas se esconden para ir a buscarlas
al otro lado del mundo.

el peuco amoratado camina hacia la piedra,
la gallina va a preparar la cazuela
y los pollitos van a las parras a tirarse uvas
sin aprender aún a pensar
en la muerte, en la locura,
en los bailes del diablo.
una uva cae dentro del horno de pan,
y todos saltan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

fue como un dolor de mariposas jugueteando en mis espaldas

gracias
Javi.

Constanza dijo...

hi felipe I have a english blog too, like lolee!