jueves, 28 de enero de 2010

poema encontrado (primer semestre 2008)

hay personas que saben la diferencia
entre el púrpura y el violeta, entre el lila y el morado.
hay personas que tras los ojos tienen un mar
lleno de corrientes y que lloran peces tropicales.
yo no las conozco. somos parciales
variando a nublado, y captar el cielo con una mano sólo es posible
después de intentarlo años enteros,
hasta que un día tres minutos antes de la alarma
empiece una canción que nos use como notas.
no sé a quién le hablo, bonita.
hay personas que sólo se conocen al dormir.
tal vez todas, ah.

miércoles, 6 de enero de 2010

Lhasa de Sela

5 días después me enteré que murió Lhasa de Sela, un exceso comparado con los 20 minutos con los que me enteré de la muerte de Sandro, lo que me dio pena de verdad. De Sandro me dan pena las señoras que lloran, porque las señoras son lo único real que sale en la tele y su sufrimiento vale más que todos los trabajos periodísticos de recopilación. Pero de Lhasa me da pena algo extraño, que no niega la alegría, como si su muerte hubiera cubierto todas sus canciones con una aureola que multiplica su belleza. Su rostro era extrahumano, como el de Joanna Newsom, descendientes de duendes monjes o de extraterrestres, que no ejercen atracción sino una luminosidad que los hace invisibles, imposibles, como si el rostro fuera el destello de algo que está en otra parte; los lamentos armónicos de las esferas celestes.

Hoy vuelvo a la frontera
otra vez he de atravesar
es el viento que me manda
que me empuja a la frontera
y que borra el camino
que detrás desaparece.

lunes, 4 de enero de 2010

Consejo del stárets Zósima a una mujer (Dostoievski, los hermanos Karamazov)

Si no llega usted a ser feliz, recuerde siempre que va por buen camino y procure no salirse de él. Sobre todo, huya de la mentira, de toda clase de mentira, de la mentira consigo misma, principalmente. Observe su mentira y examínela a cada hora, a cada minuto. Evite la arisquez con los demás y consigo misma: lo que a usted por dentro, le parece repelente, por eso mismo de haberlo usted advertido en sí misma, ya se purifica. El temor también ha de huirlo, aunque el temor sólo sea la última consecuencia de toda mentira. No tema usted nunca a su especial pusilanimidad en la consecución del amor, ni tampoco de sus demás actos en este sentido se asuste en demasía. Lamento no poderle decir a usted nada más consolador, porque la actividad del amor, comparada con los sueños, es algo cruel y espantoso. El amor contemplativo está ansioso de una proeza rápida, que satisfaga en seguida y todos la vean. En ese terreno se llega, efectivamente, hasta el punto de dar incluso la vida, siempre que no dure mucho, sino que se despache en seguida, como en el teatro, y todos lo vean y aplaudan. Mientras que el amor activo... es trabajo y contención y, para algunos, si usted quiere, toda una ciencia. Pero se lo prevengo: en este mismo instante en que usted contempla con horror que, no obstante todas sus fuerzas, no sólo no se acerca a su fin, sino que hasta parece como que de él se aleja, en ese mismo instante, se lo advierto desde ahora, usted, de pronto, habrá alcanzado su fin y verá claro sobre usted la prodigiosa fuerza del Señor, que todo ese tiempo estuvo amándola y en todo ese tiempo no dejó de llevarla de su mano. Perdone usted que no pueda detenerme más tiempo con usted: me están aguardando.

(Traducción de Rafael Cansinos Assens)