lo más bacán de ese hippie fascista llamado Jung fue la liberación de los símbolos. cualquiera que lea a Jung se debe sentir feliz de divagar y de interpretar sus sueños con toda volatilidad; o, si es valiente, debe inventar un tarot.
hay un
tarot gay, que sigue una simbología capitalista-misógina-tecnológica muy interesante. cartas importantes son EL DIABLO, LA TEMPLANZA y EL CARRO. aunque todas tienen su encanto. parecen de un video de Kylie Minogue (no cualquiera, uno, pero no me acuerdo cómo se llama) o de otro de Telepop Music (también uno en específico), con muchos hombres musculosos en una piscina.
también hay una página muy linda que se llama aeclectic tarot, donde hay un tarot con dibujos de
Giger, unos góticos muy feos, uno de
Halloween, un Rider-Waite que brilla en la oscuridad, y el más bonito de todos que tiene
ambrositos.
éste tiene dibujos tenebrosos. y está el
tarot transparente, que tiene dibujos feos pero que deseo mucho, sobre todo para armar fiestas como la de la familia de copas. pero casi todos tratan de ser alquimistas, astrológicos, egipcios o del amor, lo cual me parece fome porque, ya sabemos, no necesitamos sus símbolos antiguos y ocultistas. podemos basar todas nuestras predicciones en el tarot de
Star Trek, o en la Guía de Teléfonos.
PD:
tutututúPD2:
tarot mejicano, donde sale nuevamente la misteriosa templanza.
el final no es feliz. al final no queda claro qué pasará; termina con un ímpetu de borracho, que como todos sabemos, puede continuar de infinitas formas. cualquier final feliz trata de unir artificialmente el ser y el deber: crear moralejas, unir causalmente una acción moral y una recompensa o un castigo para que creamos: “así es la vida. según este conocimiento me comportaré”. es malo ver moralejas donde no las hay. para mí, el centro de la obra es la parte final: lo dionisíaco, el terreno originario (umgrund) donde se unen la tristeza y la alegría, y su presencia en las costumbres chilenas. esto también está, de cierto modo, en el vals incestuoso de Don Guille con su hija: en ella ve a su difunta mujer, con lo que le proyecta una responsabilidad de esposa que ella no acepta pero que terminará consintiendo (durante el vals mantiene una sonrisa: aunque cabe la posibilidad de que sea todo un delirio de borrachera del padre). de una situación de poder tan absoluta, lo que podría ser contrario al estado anárquico dionisíaco, se pasa a una dialéctica de lo triste y lo alegre que es similar.
el Denis, que hacía de puta masculina, tuvo una presencia importante al servir como puente entre las categorías de lo masculino y lo femenino (que en el contexto del campo chileno son bastante aisladas); pero como puente en medio de la violencia dionisíaca, lo que logró una destrucción de ambas categorías antes de que se percatara su enlace.
"el amor, y la felicidad, en cuanto llegan se van, en cuanto llegan se van" dice una obra cuyo tono principal es una alegría con poco dramatismo. esta forma de usar paradójicamente las emociones es identitario de la cultura popular chilena y latinoamericana, bajo la forma de la cumbia ("qué vacío hay en mi alma, qué amargura en mi existir") y la ranchera ("cuando te fuiste, mis hijos preguntaron adónde está mamá").
etcétera.
http://www.titofernandez.cl/lp2.htm allí está el poema en el que se basa la obra
http://www.indie.cl/teatro-la-madre-del-cordero/ allí hay una reseña penca sobre la cual hice esta subreseña, pero que explica un poco del argumento
y hay imágenes en youtube, pero no se me abre