todos los ministros quisieran volar
y ver el oro.
las niñas raspan un anillo en el paradero.
creen en los demás; le preguntan a cualquiera;
disculpe, usted sabe ver el oro.
los señores ponen cara de problema y de solución
al mismo tiempo
pero no dicen nada claro.
y las horas son chuecas, pero brillan.
