lunes, 29 de abril de 2013

Simone Weil - La puerta


ábrenos ya la puerta y veremos los vergeles,
beberemos sus aguas frías donde la luna dejó su huella.
la larga ruta quema enemiga de los extraños.
erramos sin saber y sin hallar ningún lugar.

queremos ver las flores. aquí la sed nos envuelve.
en espera y sufrimiento, henos aquí ante la puerta.
si llega a ser preciso la botaremos a golpes.
presionamos y empujamos, pero es muy fuerte la barrera.

habrá que languidecer, esperar y mirar en vano.
observamos la puerta; cerrada, inquebrantable.
en ella fijamos los ojos, lloramos bajo el tormento;
la veremos para siempre, el peso del tiempo nos aplasta.

la puerta está ante nosotros; de qué nos sirve querer?
más vale irse y abandonar la esperanza.
no entraremos jamás. estamos cansados de verla.
la puerta al abrirse dejó pasar tanto silencio

que ni vergeles aparecieron ni alguna flor;
sólo el espacio inmenso donde están el vacío y la luz
se presentó de repente por todas partes, colmando el corazón
y lavando los ojos casi ciegos por el polvo.

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