martes, 23 de septiembre de 2008

pensemos en el sol

cualquier civilización con dignidad y experiencia en los quehaceres de vivir, de llenar ese espacio que hay entre nacer y morirse, de hacer caleidoscopios y tijeras y sistemas giratorios de regadío, debería poder llegar en algún punto de su historia a un gobierno del azar. que todos se despierten cada día en diferentes camas. que la gente se intercambie siguiendo los más mínimos designios de los pájaros. si se descubre regularidad en esos designios, huir de ellos. leer los vuelos de las moscas. las manchas. los quiebres en el suelo. que gobierne la grasosa máquina del vértigo, y no la elegante máquina de las pirámides.

patear pirámides es peligroso. hay que pisarlas para que se desparramen.
pisarlas desde adentro. como las carpas de los circos. de algunos.

personalizar es amputarse

1 comentario:

Anónimo dijo...

no se si un azar azaroso o un azar selectivo. en lo primero que pensé, lo confieso, fue en el ser-como-el- niño de un capitulo de los simpsons en que un charlatan le dice al pueblo de springfield que sean como bart y que hagan lo que se les anotoje cuando se les antoje y obvio que queda la tendalada contractualista de la guerra de todos contra todos. esto sería el ejemplo del azar liberal ordinario. entonces mejor pienso en un azar azaroso que pise piramides. en un azar de universales.